No sé vosotras, o quizá lo mio sea deformación profesional y veo donde no hay, pero la moda de la calle, del día a día me parece aburrida y triste.
Si os paráis a analizar la gente que os rodea o veis pasar, poca gente luce. Creo que no le prestamos demasiado interés a nuestra imagen exterior, solo derrochamos dinero, tiempo y esfuerzo para fechas señaladas, bodas, comuniones… y poco más.
¿Por qué solo sacamos nuestros grandes tesoros para eventos? ¿Es que cada día no es un regalo, no es un día especial? ¿No nos merecemos cada día la mejor versión de nosotros mismos?
Sé que las semanas y meses de trabajo se hacen largos, pesados y estresantes. La rutina es demoledora. Una buena forma de combatirla y dar luz a la jornada es añadir a nuestro outfit una prenda, complemento, joya o maquillaje que nos hagan sentir “especiales”.
No me diréis que cuando os estáis preparando para una gran celebración no sentís un bulle bulle que a cada complemento que os vais colgando os va subiendo el guapo de una manera exponencial. No os voy a comparar un día laboral con tal momento, no, pero tampoco nos vayamos a los infiernos. Algo intermedio sería lo ideal, somos la misma persona, misma cara y mismo cuerpo, pues vamos a mimarnos de igual manera pero para un evento diferente, el que un día de diario nos presente, reuniones, trabajo, médico, amigas…
Os soy sincera, soy bastante reacia a las joyas para mi jornada laboral, mis deberes serán esos. Por supuesto siempre que sean apropiadas, los excesos nunca fueron buenos y menos para ir al trabajo.
Evitar que se muevan, hagan ruido o brillen demasiado.
Añadir unos bonitos pendientes, un brazalete o broche a tu solapa o un labial vistoso… os garantizo que aunque llevéis vuestros jeans de siempre, vuestro aburrido vestido o blazer de hace dos años, ese plus dará otra versión diferente y mejorada de vosotras.
Mira-T y me dices.